domingo, 14 de noviembre de 2010

Periodos de la Historia de Roma


La Monarquía romana:

El primer monarca romano fue Rómulo, el fundador de la ciudad.
La sociedad estaba constituida por una clase alta o nobleza, que a su vez, estaba compuesta por varios tipos de estatus sociales. Los patricios detentaban todos los privilegios, y eran los únicos considerados como “ciudadanos romanos”. Además, tenían derecho a voto, y a ocupar los cargos políticos y religiosos (aparte de ser el sector que detentaba todo el poder económico). Por otra parte, los plebeyos eran la clase baja, y estaba compuesta por los extranjeros y los campesinos, los cuales carecían de derechos, y no participaban en absoluto en la política. Los plebeyos podían incorporarse a una familia de patricios, en calidad de protegidos, con lo que lograban mayor seguridad. Y cómo no, los esclavos: aquellos a los que ni siquiera se les consideraba personas, sino cosas; estaban compuestos por los prisioneros de guerra y los plebeyos deudores, los cuales lograban su liberación mediante un pago.
La familia constituía la institución más sólida del estado. Estaba integrada por todos los que rendían culto al mismo antepasado, es decir, los plebeyos y los esclavos que estaban dentro de una casa también contaban. El padre ejercía la máxima autoridad sobre la familia, y la mujer gozaba de consideración y respeto, aunque no participaba de la vida política. El matrimonio tenía carácter religioso y era indisoluble, lo que aseguraba la solidez de la sociedad romana. Con la corrupción de las costumbres durante la república se introdujo el divorcio, que contribuyó a la decadencia y la disolución de la sociedad. 

La República:

Con la caída de Tarquino el Soberbio (último monarca de Roma) la monarquía en Roma llegó a su fin. El rey fue sustituido por dos cónsules que eran elegidos anualmente por las Curias. Con ello comenzó la república, con la que se concedió mayor participación a los ciudadanos en el gobierno, aunque en última instancia eran los cónsules los que gozaban de igual poder que los antiguos monarcas. Éstos, además, presidían el Senado y la Asamblea del Pueblo.
Los primeros cónsules fueron Bruto y Tarquino Colatino (pariente de Tarquino el Soberbio, último monarca de Roma). La  familia de Tarquino el Soberbio se había propuesto recuperar el poder y reinstaurar la monarquía, lo que dio origen a una larga lucha que se prolongó hasta el año 496 a.C., en la que los Tarquinos fueron derrotados en la batalla del lago Regilo.
En ese mismo año, los patricios crearon una dictadura (hasta entonces desconocida) para amedrentar a los plebeyos, por lo que éstos tuvieron que huir, y se asentaron en el monte Sacro. Los patricios, mediante el cónsul Menenio, consiguieron que los plebeyos regresaran a Roma, mediante una promesa de la creación de tribunos de la plebe, que defenderían sus derechos. 

El Imperio romano:

La muerte de César causó un grandísimo desconcierto en Roma. Los asesinos del estratega quisieron restablecer la antigua constitución. Cometido el crimen, salieron del senado llamando al pueblo a la libertad. Sin embargo, en el pueblo no encontraron más que desaprobaciones, ya que habían sentido el gobierno republicano de César, mediante Marco Antonio (lugarteniente de César), que les leyó su testamento, y los conmovió. Todos se dieron cuenta de que había dado a Roma orden y bienestar, por lo que se manifestaron duramente contra los senadores asesinos del último líder republicano. Los senadores tenían serias dudas, y huyeron, por lo que surgió en Roma una nueva etapa: el Imperio Romano. El primero que ocupó el cargo de emperador romano fue Octavio Augusto, sobrino de César, el cual fue ayudado por Cicerón.
El Imperio Romano no caería hasta haber llegado a su apogeo, y haber conquistado todo el Mediterráneo, siendo así la potencia militar mayor en toda la historia. Fue con la llegada de los pueblos Germánicos del norte con la que se terminó el dominio romano, a finales del S. V d. C.

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